Nuestros
mamíferos, esos grandes desconocidos…
Y el medio en el que viven
Y el medio en el que viven
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Existe una importante cantidad de prejuicios sobre nuestras poblaciones de mamíferos que conducen a conclusiones alejadas de la realidad. No se dejan ver lo que unido a una deficiente información y a falsas creencias (principalmente que nos temen y no se acercan a las zonas con presencia humana) da como resultado la visión errónea de la mayoría de la población e incluso de los naturalistas no especializados en mamíferos.
No se
puede obviar el conflicto entre las distintas formas de ver y sentir la
naturaleza lo que conlleva una gran carga emotiva y dogmática y, como no, esto tiene una enorme influencia en la visión y gestión de nuestro medio natural.
Una lástima pero
es el mundo que nos ha tocado, podemos centrarnos en lo negativo o mover un
poco el caleidoscopio y ver las cosas de otra forma, la realidad se torna totalmente
distinta.
En primer lugar los
datos son lo que son, otra cosa es como los quiera interpretar cada cual desde
su punto de vista, por supuesto parcial.
Y para tener
clara la realidad de nuestra fauna de mamíferos nada como volver atrás en el
tiempo para seguirlos hasta nuestros días, a ellos y al medio que les acoge.
Y si hay un
mamífero emblemático ese es la nutria, especialmente si lo vemos en…
La nutria es un animal agradecido para trabajar con él y lo primero que se aprende con ella es que le encanta romper esquemas. El río Gállego tiene muy mala prensa en los ciudadanos de Zaragoza, pero está mucho más vivo de lo que los ciudadanos imaginan.
Si la nutria es un emblema de nuestros ríos, el corzo lo es de
nuestros campos y bosques, ambos tan tenido un devenir similar e igual de fulgurante.
Pero no se puede comprender a un ser vivo, especialmente a la fauna, sin conocer el medio en el que vive. Esto es especialmente importante en nuestra península que nos es sino un mosaico de climas, morfología, vegetación o suelos mezclados como en un cóctel con el pasado y el presente de la sociedad humana.
Una ciudad no deja de ser un biotopo, incluso relativamente cómodo.
Una gran parte
de la presión que históricamente ejerció el ser humano, en una sociedad casi de
supervivencia, ha desaparecido junto con la cultura rural dándose una paradoja:
las zonas urbanizadas se han hiper urbanizado, mientras buena parte de la
naturaleza se asalvaja y en amplias zonas de la península (esto depende de la
región) solo hay un gestor de la naturaleza salvaje, el fuego.
Es reiterativo dos temas de discusión: la situación de la evolución de la masa forestal en España...
... y sí nuestros bosques están sucios.
El fuego genera
cíclicamente todo tipo de comentarios y propuestas totalmente contradictorias,
mientras debatimos el fuego hace su trabajo. Lo mismo ocurre
con la dinámica de los ríos especialmente cuando una riada causa grandes
destrozos.
Los animales
viven en un medio y no son ajenos a la variedad de factores que interactúan, el
clima es uno de ellos.
Y nuestro clima mediterráneo no es cualquier clima.
La morfología del terreno, no solo las montañas, tiene que ver mucho con el clima y el rastro quizás más hermoso sean las nubes y sus mil formas y texturas.
Y el más espectacular el rayo.El valle del Ebro junto con la alta montaña son los dos medios más difíciles para la vida…, pero no es nadie la vida abriéndose paso.
La naturaleza tiene mil caras y la vida una inmensa capacidad para abrirse paso, hay ejemplos espectaculares, especialmente en los biotopos más extremos como los desiertos o los polos. Pones una balsa para el ganado y…
El clima de la costa, por contra, es muy agradecido.
Si algo tiene la naturaleza es la capacidad de abrirse paso en cualquier circunstancia, cada se se afana en ello cuando llega el momento de legar su experiencia a la siguiente generación.
Y su espíritu cambiante, es cualquier cosa menos un ente estable, a lo largo de una simple vida humana se aprecian cambios apreciables especialmente en determinadas épocas, ya sea por una glaciación o la subsiguiente deglaciación, una era de vulcanismo activo, de movimientos de placas o de una enorme influencia de una especies dada que en nuestro tiempo lo representa la especie humana.
Pero nosotros
hemos salido hoy con la intención de ver a nuestros mamíferos salvajes para
darnos cuenta, en poco tiempo, de que no se dejan ver. Desgraciadamente para
nosotros suelen ser nocturnos y sus sentidos nos dejan, en comparación con
ellos, a la altura del ser más torpe… Pero vivir deja rastro y este rastro los
delata. Las huellas son
consideradas el rastro por excelencia por cualquier persona, pero entre un mal sustrato y especies que se
parecen a veces no resulta fácil diferenciar a unos de otros.
Pero hay un
error al considerar las huellas el principal rastro: que hay muchos lugares
donde no hay sustrato para ver huellas o está muy seco.
Y resulta que son
territorialistas y por tanto necesitan marcar sus territorios, para lo que
utilizan diversos métodos, por ejemplo los excrementos.
Aunque algunos nos lían un poco por ser excrementos similares y/o depositarlos en los mismo lugares.
Que además de
permitirnos estudios de ausencia/presencia nos permiten averiguar qué es lo que
han comido. Lo que nos permite descubrir unas cuantas cosas curiosas, por
ejemplo que muchos carnívoros no lo son tanto y en verano aprovechan una oferta
abundante y que no cuesta ningún esfuerzo: los frutos silvestres.
O las marcas en
los árboles como el corzo, el ciervo, el oso o el jabalí principalmente.
Aparte de que
muchos excaven en el suelo para hacerse una guarida o buscar comida.
El conejo,
aparte de para excavar sus huras, lo hace para marcar su territorio como apoyo
a las letrinas.
Y todos dejan en
mayor o menor medida distintos tipos de rastros que nos permiten estudiar
distintas facetas de su vida y descubrir algunas curiosidades.
El palmito es algo más que una rareza de nuestra vegetación.
Y la ardilla roja tampoco es cualquier principiante del funambulismo.
Otros muchos seres que apenas se dejan ver no son menos importantes en la naturaleza que aquellos a los que hemos asignado una categoría especial, pues esto no deja de ser una visión simplistamente humana.
Otros muchos seres que apenas se dejan ver no son menos importantes en la naturaleza que aquellos a los que hemos asignado una categoría especial, pues esto no deja de ser una visión simplistamente humana.
Y de la misma forma tendemos a ver como algo profundamente negativo los problemas de especies emblemáticas mientras no contamos con otras más humildes pero más importantes.
El rastreo se usa para estudiar a distintas especies pero no es una metodología que se haya usado mucho, excepto para presencia/ausencia, en primer lugar porque no había tradición de rastreo en la península ibérica y en segundo porque no se prestan fácilmente a aportarnos unos datos estadísticos, son por naturaleza aleatorios, pero se puede intentar.
El rastreo se usa para estudiar a distintas especies pero no es una metodología que se haya usado mucho, excepto para presencia/ausencia, en primer lugar porque no había tradición de rastreo en la península ibérica y en segundo porque no se prestan fácilmente a aportarnos unos datos estadísticos, son por naturaleza aleatorios, pero se puede intentar.
Y tras descubrir
que sus rastros les delatan podemos salir a ver cuánto dan de sí.
El zorro es un buen aliado del rastreador.
El zorro es un buen aliado del rastreador.
Aquí, en Muskari, no podemos olvidarnos de la especie que es nuestro emblema y que está en el corazón de nuestro mundo mediterráneo...
El erizo no es un buen amigo de los rastreadores pues a pesar de su abundancia pasa muy desapercibido y no resulta fácil localizar e interpretar sus rastros.
Los rastros no son un fin en sí mismos, son uno de los medios para conocer a los esquivos mamíferos, como son, como viven,.. La ciencia
avanza a pasos agigantados y visto y no visto ha puesto en nuestras manos una
tecnología fabulosa para adentrarnos en la vida de nuestros compañeros salvajes
y para descubrir facetas de su vida que difícilmente podríamos conocer de otra
forma.
Ni imaginar las interrelaciones alrededor del valde de comida que hemos dejado para el perro. Y cuando el hambre aprieta…
Unas cámaras de
foto y vídeo al alcance de cualquiera inimaginables hace 20 años nos permiten
quitarnos las gafas de “madera” y ponernos unas de verdad.
A veces nos permite descubrir a algún pequeño ladronzuelo...
La naturaleza ibérica ha vivido
unas décadas históricas, especies que nos han dejado, otras que estuvieron a
punto de hacerlo han vuelto a nuestras vidas con fuerza.La naturaleza tiene mil caras, es un caleidoscopio que cambia la realidad a poco que cambies la perspectiva.
Y para terminar nuestro paseo por la naturaleza quizás haya que recordar que somos una especie más por más importantes que nos creamos, por mucho que domemos los ríos, cubramos los montes con asfalto y cemento, manipulemos la base de la vida dentro de unos segundos en la vida del planeta ya no estaremos aquí y nadie nos echara en falta.
El rastreo es
una ventana a los secretos que la naturaleza nos esconde, Muskari nació para
enseñaros y ayudaros a abrir esa ventana. Y para ello disponéis de un material
único.
Réplicas de
huellas cogidas en campo de todos nuestros mamíferos y unas cuantas aves
Maquetas...
Y por supuesto los
cursos de rastreo que Muskari lleva impartiendo desde 1982 en 72 localidades
distintas de España, Portugal y Andorra. En universidades de veterinaria
(Zaragoza y Murcia) y biología (Granada, Aveiro), institutos de formación profesional,
grupos naturalistas, ayuntamientos,…